sábado, 5 de febrero de 2011

COLONIALISMO EN ÁFRICA

Hola a todos

Tal día como hoy de hace 126 años, las principales potencias europeas reunidas en la Conferencia de Berlín (del 15 de noviembre de 1884 al 26 de febrero de 1885) decidieron crear el Estado Libre del Congo en el centro de África, cediéndolo como posesión personal al rey de Bélgica, Leopoldo II, quien mantendrá su control sobre el territorio congoleño hasta 1908, un año antes de su muerte, cuando fue obligado a ceder su control al Estado belga. Pero hagamos un poco más de historia en este asunto.
D.Livingstone
Hasta mediados del s.XIX, el continente africano permanecía prácticamente desconocido para los europeos. Apenas un 10% del total de su superficie era controlado por británicos, franceses y portugueses en territorios como Argelia, la colonia del Cabo o Angola. La exploración y descubrimiento de las zonas interiores fue dejada en manos de exploradores y aventureros como el británico David Livingstone o el portugués Serva Pinto.

Pero es el desarrollo de la segunda industrialización en el último cuarto del s.XIX, y sobre todo el inicio de la llamada Gran Depresión (a partir de 1873 hasta finales de siglo), lo que lanza a las grandes potencias europeas a la ocupación y explotación efectiva de los territorios africanos. Fuentes baratas de materias primas, amplios mercados donde colocar el excedente de producción, una vía de escape para el exceso de población europea desocupada, y todo ello con un trasfondo de evangelización y de difusión de la “superior” cultura occidental, son los motivos y excusas que llevan a los europeos a una “carrera por África”, como fue llamada esta nueva colonización del continente.
Leopoldo II de Bélgica

Es en este contexto en el que aparece la figura del segundo rey de los belgas, Leopoldo II (recordar que Bélgica fue fundada en 1830, tras conseguir separarse de los Países Bajos en una revolución pacífica auspiciada por Gran Bretaña y Francia). Con el objeto de defender a los nativos africanos de la explotación económica de los europeos, así como evitar su esclavización, Leopoldo creó la Asociación Internacional Africana (AIA) para promocionar la paz, la educación y el progreso del continente. Es esta asociación quien financiará el viaje al río Congo (1879-84) del explorador Henry Morton Stanley, a partir de cuyos descubrimientos serían creados varios “Estados libres” en la región congoleña. El éxito de esta empresa convirtió al rey Leopoldo II en un personaje fundamental del momento, un modelo a seguir en la carrera colonial por cuanto que parecía equilibrar la explotación económica de sus territorios, a través de la Sociedad Internacional del Congo, con una amplia política humanitaria y civilizadora de la población nativa. Pero esto era sólo una fachada, como veremos a continuación.
Conferencia de Berlín

La competencia por ocupar territorios entre las distintas potencias europeas (Gran Bretaña y Francia, fundamentalmente, pero también la recién creada Alemania o la propia Bélgica) preocupaba mucho al entonces “árbitro” de las relaciones internacionales, el canciller alemán Otto von Bismarck. La posibilidad de un enfrentamiento europeo por cuestiones coloniales que pudiera poner en entredicho el crecimiento alemán y el difícil equilibrio europeo conseguido tras el Congreso de Berlín (1878), propició la celebración de una nueva reunión internacional donde establecer unas claras reglas para la expansión colonial en África. Así, entre noviembre de 1884 y febrero de 1885 se celebró la Conferencia de Berlín, en la que participaron la mayoría de países europeos aunque diferenciando dos grupos: los países directamente implicados en el reparto colonial (británicos, franceses, alemanes, portugueses y el propio Leopoldo II a través de su Sociedad), y los no implicados directamente en dicho reparto, como el caso de España o el imperio austrohúngaro.

El reparto de África

El hábil Leopoldo II no sólo consiguió convencer a las grandes potencias de la necesidad de asegurar la libre circulación comercial por las cuencas de los ríos Níger o Congo, sino también la creación del Estado Libre del Congo como “Estado-tapón” entre las distintas potencias, territorio cedido no al Estado belga sino a título personal al propio monarca.

Mutilaciones en el Congo
Reconocido en la Constitución belga de 1885 como un monopolio “estatal” en el cual el gobierno belga no intervendría, rápidamente comenzó la brutal explotación del territorio, convertido en un verdadero campo de trabajos forzados al servicio personal del rey. La explotación de marfil y caucho (este último convertido en producto fundamental tras la invención por Dunlop del neumático de caucho) permitieron a Leopoldo II en convertirse en multimillonario gracias a la brutal explotación de la población local (se calcula en unos 10 millones de nativos los exterminados de una u otra manera en los campos de caucho), que no pasó desapercibida para misioneros y representantes diplomáticos de otros países.

En efecto, las quejas sobre lo que pasaba en el Congo provocaron una presión internacional que acabaría por obligar al monarca a ceder la gestión del territorio y de parte de su patrimonio al Estado belga en 1908, formándose oficialmente el Congo Belga. Hasta 1962 los distintos territorios que lo conformaban (Congo, Ruanda, Katanga) no alcanzarían su independencia.

Leopoldo II ha pasado a la Historia como uno de los más grandes, aunque desconocido para el gran público, de los genocidas de nuestra historia más reciente.


1 comentario:

  1. No está mal. Es interesante, y si le dedicas un momento puedes quedarte con detalles importantes que pueden serte útiles. Recomiendo la visita. Ah! Pienso que estaría bien adjuntar un poco de música de fondo en plan guay, creo que le daría un toque divertido y ameno a tanta información.

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